Su firma personal se refleja a través del armonioso sincretismo de sus combinaciones, la exploración de texturas y grafías abstractas, la destreza en patronaje, la experimentación de formas lineales que se esparcen libremente en el espacio y generan volúmenes, evolucionan a formas versátiles reflejando un concepto de belleza simple y natural; estas líneas arquitectónicas caracterizan su obra.

La sensibilidad hacia las diferentes expresiones artísticas ha sido su inspiración constante, el acercamiento consciente y profundo con la naturaleza fundamentan su estética, dando origen a una propuesta minimalista con un alto nivel de ejecución, en donde la armonía de lo discontinuo se experimenta de una forma intuitiva en cada una de sus piezas, dando como resultado el fundamento de sus pilares: simplicidad que huye del exceso, rigor geométrico, depuración y comodidad.

Las experiencias sensoriales componen sus historias de moda, dirigiéndose a una mujer contemporánea; MEV busca una combinación perfecta de atemporalidad y sofisticación, sus siluetas representan un carácter liberal, fuerte y consciente, reflejando la belleza en el significado que expresa cada una de sus formas.